🌿 Un Ritual de Resiliencia y Sanación
- Malena
- 29 mar
- 3 Min. de lectura
Nuevamente, rumbo a otra ronda de radiación esta semana, he sentido un profundo anhelo—no solo de descanso, sino de quietud. Un espacio silencioso donde pueda regresar a mí misma. Donde pueda respirar, relajarme y recordar que, incluso en medio de la incertidumbre, sigo estando “completa, plena”.
En momentos así, recurro a un pequeño ritual. Nada elaborado. Solo algo simple y reconfortante—una forma de calmar mi corazón antes de enfrentar lo incierto. Un momento de presencia y conexión.
Se ha convertido en parte de cómo me preparo—no solo físicamente, sino también espiritualmente. Y hoy quiero compartirlo contigo. Ya sea que estés atravesando algo similar o caminando en tu propio sendero, sin importar sea difícil o no, tal vez este ritual te brinde un poco de consuelo o una pausa para sentirte contenida. Si resuena contigo, tómalo. Hazlo tuyo. Deja que te encuentre justo donde estás.
🌸 Preparando tu Espacio
Busca un rincón tranquilo, aunque sea solo por un minuto. No necesitas nada especial—solo tu respiración, tu cuerpo y tu presencia.
Me gusta hacer este ritual cuando necesito relajarme, especialmente durante los tratamientos. Me ayuda a volver a mí, aunque sea por unos momentos. Pero no está limitado a un lugar específico. Puedes hacerlo donde te sientas segura o seguro—en la cama, en la sala de espera o incluso en el coche antes de entrar en cualquier espacio.
Si lo deseas, puedes encender una vela, colocar una planta cerca o ponerte algo cómodo que te haga sentir apapachado. Pero en realidad, no se necesita nada. Este ritual está aquí para ti.
🤲 La Postura

Coloca ambas manos suavemente sobre tu corazón. Cierra los ojos. Respira tres veces, lenta e intencionalmente.
Con cada exhalación, suelta—solo un poco. Libérate de la tensión. Del miedo. De la necesidad de sostenerlo todo.
Esto es lo que funciona para mí—poner las manos sobre mi corazón me ayuda a sentirme enraizada y conectada. Pero tú puedes hacer lo que se sienta bien para ti. Tal vez prefieras sostener un cuarzo, una foto o cualquier objeto que tenga significado. El gesto y postura son tuyos.
Permítete relajarte, aunque sea solo un poco. Deja que tu cuerpo sepa: es seguro hacer una pausa aquí.
🕊️ La Invocación
En el silencio, háblate con dulzura—o guarda las palabras dentro, como una oración suave:
Me sostengo.Sostengo mi espíritu.Sostengo a las mujeres que vinieron antes que yo—su coraje, su gracia, su fuego.Nunca estoy sola.Me sostiene su amor.Abrazo todo lo que soy.
Estas son las palabras a las que vuelvo, pero tú puedes cambiarlas. Dile a tu corazón lo que necesita escuchar. Deja que las palabras nazcan desde dentro—sin presión, sin perfección. Solo deja que te acompañen, como un susurro del alma.
🌟 La Afirmación
Ahora, con plena presencia, di las palabras que anclan este ritual:
“Soy luz.Soy fortaleza.Soy sanacion.”
Deja que se muevan dentro de ti—no como una exigencia, sino como una verdad suave que estás permitiendo entrar.
Repítelas tantas veces como tu alma lo necesite. Susúrralas, siéntelas, o imagina que resuenan a tu alrededor. Incluso si las palabras se sienten lejanas al principio, confía en que algo dentro de ti está escuchando.
Deja que llenen el espacio dentro y fuera de ti con luz.
🌼 Cerrando el Ritual
Abre los ojos suavemente. Descansa tus manos sobre tu regazo, o déjalas sobre tu corazón—donde se sientan mejor.
Regálate una pequeña sonrisa, aunque solo se sienta por dentro. Una sonrisa que diga: Hoy estoy aqui para mí.
Y que eso sea suficiente.
Si esto es lo único que haces hoy, es más que suficiente. Tú eres suficiente.
Gracias por compartir este momento conmigo.
Este ritual siempre estará aquí para ti—algo a lo que puedes volver cada vez que necesites una pausa, un respiro, un recordatorio de tu fuerza interior. Hazlo tuyo. Adáptalo. Susúrralo cuando nadie escuche, o simplemente llévalo en silencio dentro de tu corazón.
No estás solo. Estás profundamente sostenida.
Con todo mi cariño, Malena 🌿
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